TEXTO RECITADO
TEXTO:
No te lleves parte de mi último suspiro.
No te lo lleves porque, con él, una parte de ti se quedó conmigo. Porque allí, iba un trozo de vida. El trozo de vida que desechamos por no saber cómo reciclar. Aquel trozo de vida muerta…
Aquella parte de nosotros.
Por eso ahora llevo tu recuerdo a cuestas, el rastro de tus besos en mi piel e, incluso, el recorrido de tus lágrimas en mis mejillas.
Y es que aquel atisbo de respiración entrecortada se quedó a medio camino entre un hasta nunca y un para siempre. Entre un destello de felicidad y una eternidad de melancolía. Por eso hoy, me imagino lo que pudo ser, lo que podría haber sido.
Como siempre, viviendo nuestro amor en un supuesto condicional.
Entre todas aquellas condiciones sin las que el tren no encontraría destino. Entre todas las condiciones que decidí limitaran mi infelicidad.
Pero mientras lloro, ven, y baila conmigo. Mírame como la primera vez y jadea de placer, por favor, sólo con tocarme. Porque puede que así, entonces, este suspiro desemboque en un para siempre.
En el que esperaba.
En el que soñé.
En el futuro que yo misma me prometí contigo. En todos aquellos días que comenzaron a caducar antes de que llegaran.
Y yo brindaba por poder pasarlos a tu lado, rezándole al Dios en el que no creo para que acercara si cabe, un poquito más, nuestros destinos. Sin comprender que, quizás, tú eras más principio que final. Sin entender que, probablemente, el peaje por entrelazar nuestras vidas no valía todos sus desvíos.
Y tú y yo, cariño, nos desviamos.
Nos alejamos del objetivo. Se nos olvidó cómo querernos, y empezamos a maquillar con cariño la pasión desvanecida, de normalidad nuestras rutinas y de ejemplos la excepción.
Y yo, con las mismas ganas de reír, ya no recordaba cómo esbozar una sonrisa. Y tú, con las mismas ganas de quererme, se te olvidó cómo se hacía.
¿Cómo?
Como cuando aún… no lo habías hecho nunca.
Fdo: Noemí Carnicero Sans