Voy a proponerte algo:
Si algún día renuncias a ser perfecta, ven a equivocarte conmigo.
Cuando quieras.
Cuando decidas que lo mejor que podría habernos pasado es habernos hecho daño por habernos conocido.
Cuando no te importen los rasguños ni las heridas.
Porque mientras haya tiritas que puedan pegarse a base de besos
Y cicatrices que puedan coserse a base de abrazos
El «resto», puede que termine convirtiéndose en un «todo».

Noemí Carnicero Sans

2 Comentarios

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *