«A veces los dramas más alejados de las portadas, los que pasan más desapercibidos son los que te dejan una huella más profunda.»

David Fernández Cantero (Madrid, 1961), es periodista y actualmente presenta los Informativos de Telecinco. Ha trabajado en RTVE presentando los telediarios de fin de semana así como Informe Semanal. Lleva más de 34 años dedicándole su carrera al Periodismo y, desde que lo comparte con su público a través de las redes sociales, también hemos tenido la oportunidad de conocer su faceta más íntima: la creativa. Ha publicado varias novelas y, además, en 2010 recibió el Micrófono de Oro por parte de la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión. Dos años más tarde, fue galardonado como «Hombre del año» por la revista Men’s Health en la categoría de «Mejor Comunicador». 


Cuéntanos: ¿Qué te llevó a estudiar Imagen y sonido, Cinematografía y Publicidad? ¿Qué tenías en mente?

Tenía en mente alcanzar mi verdadera vocación, mi sueño de entonces: trabajar como cámara de televisión en RTVE, algo que conseguí con creces. Durante más de 15 años trabajé detrás de los objetivos; primero en programas míticos de estudio, luego en la calle como reportero, viajando sin parar.

Hace más de 30 años que estás en el mundo de la televisión. Has estado en diferentes cadenas, has estado de corresponsal en el extranjero, has desempeñado diferentes roles como periodista y, desde hace unos cuantos, eres presentador de informativos en Tele5. ¿Para ti, qué es lo más difícil de tu trabajo?

Llevo 34 años en esto y aún no sé con certeza qué ha sido o es lo más difícil. Tal vez mantenerte, estar, poder vivir de ello. Conozco bien las tareas de esta profesión delante y detrás de las cámaras y cada una de ella entraña dificultades. Esto de hacer televisión es siempre un trabajo de equipo y eso es algo que debe tener muy claro quien empieza: en la tele no valen las individualidades, ni siquiera para los presentadores. Las dificultades y las bondades, los éxitos y los fracasos son cosa de todos.

¿Y lo más emocionante?

Las emociones. Los momentos más emocionantes en todos los sentidos, al menos para mí, me los proporcionaron las experiencias como reportero en los lugares más remotos, conflictivos y míseros de la Tierra. Cubrir informativamente una guerra, un gran desastre, una hambruna, un atentado… deja huella. Se viven emociones muy, muy fuertes.

¿Recuerdas alguna noticia que te haya impactado especialmente?

Nunca sé bien que responder a esta pregunta. 34 años de noticias dan para mucho, las he contado a millares y de todo tipo, desde el lugar de los hechos o desde el plató, y como comprenderás es muy difícil quedarte con una. Te diría que los atentados del 11S y el 11M, claro, pero ha habido muchas más que también me impactaron. A veces los dramas más insólitos, los más alejados de las portadas, los que pasan más desapercibidos son los que más te marcan, los que te dejan una huella más profunda.

Ahora que puedes echar la vista atrás y detener tus recuerdos en algún punto del recorrido, ¿cuál ha sido el acontecimiento que más ha marcado tu carrera profesional? 

Sin duda el momento en que pasé de estar detrás a estar delante de las cámaras hace ya 19 años, en 1997. Nunca imaginé que aquello me llevaría por los caminos que me llevó, que me traería hasta donde estoy ahora.

«Somos lo que debemos ser cuando somos niños». Eso es algo que pronunciaste en una de tus entrevistas. ¿Hay alguna parte del niño que fuiste que siga viajando contigo? 

Por supuesto. Dentro de este hombre de 55 años, por fortuna, sigue viviendo y latiendo el pequeño que fui y que soy en espíritu. Es fantástico sentirlo, aunque no deja de ser triste notar que sigues siendo un niño dentro de un organismo que envejece sin remedio.

Además de tu faceta periodística, nos has sorprendido con tu perfil más creativo: escribes y dibujas. ¿Cómo compaginas estas dos partes de tu vida?

Mis pasiones creativas son una parte ineludible de mi vida, son necesidades vitales, y como tal procuro hacerlas compatibles con la vida cotidiana, como sea, aunque a veces resulte complicado. Ya me gustaría a mí poder vivir de ello, poder darles más espacio, más tiempo, más dedicación. Hago lo que puedo, me voy apañando.  

Se te considera (y te consideras) una persona muy positiva. ¿Por qué, entonces, percibes el drama como un elemento indispensable en tus novelas? 

Tal vez por eso precisamente. Por ser un ser humano positivo y con tendencia al optimismo me fascina y me inquieta la posibilidad del desastre, la tragedia, la delgada línea que separa la felicidad y el drama en nuestras vidas.

Para tu última novela viajaste a Japón. Los viajes, por lo tanto, forman parte de tu modo de entender la vida, de experimentarla y de contarla. ¿Qué es lo más importante que has aprendido acerca de ti mismo a través de tus viajes?

Viajar y leer son las dos actividades más enriquecedoras y determinantes que conozco, a parte del hecho de ser padre, que lo supera todo. Los viajes y las lecturas te moldean, te marcan, te enseñan sobre ti y sobre los demás, te acercan la posibilidad de ir conociéndote un poco mejor, por complicado que sea aprender sobre nosotros mismos.

Tienes tres hijos y, según has comentado otras veces, tu rol como padres es el más importante de tu vida. ¿Si pudieras transmitirles un aprendizaje para que llevaran consigo para siempre, cuál sería?

Me encantaría saber transmitirles lo importante que es avanzar en la humildad, en la serenidad, en el respeto y la honestidad con ellos y con los demás. También que aprendieran a relativizar, creo que es una de las cosas más importantes que he aprendido en mi vida. Intento transmitirles que sean buenas personas. 

Por último, y anticipando que con una mente inquieta como la tuya no solo se tratará de uno, ¿cuál es tu próximo reto? 

Mi próximo desafío, aparte de la inminente publicación mi cuarta novela (algo que es un reto relativo) es una tarea inmensa y fascinante: aprender a tocar bien la guitarra. Estoy en ello, con absoluta pasión, casi con devoción. Llevo algo más de un año y he avanzado mucho, pero como te digo,el trabajo es inmenso. Posiblemente toda una vida no sea suficiente para conseguirlo y yo he empezado con la música un poco tarde. Pero disfruto tanto en el proceso que estoy fascinado… 

Noemí Carnicero Sans.

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