Te dejo porque pinté susurros para los que, los únicos oídos sordos, fueron los tuyos. Te dejo porque la
Te dejo porque pinté susurros para los que, los únicos oídos sordos, fueron los tuyos. Te dejo porque la
Ya basta.
Ha llegado el momento de ponerle pestillo a mi autoestima. Ha llegado el momento de decir que “no” a todas